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Influencias literarias en Van Gogh. V: Influencia del Realismo: Balzac, Dickens y George Eliot.

De Pablo Maroto Ripoll


Vincent van Gogh, influido por el Romanticismo, el Realismo y el Naturalismo, no crea sus obras como un espejo de las cosas: «Mi propósito no es reproducir tal y como está lo que tengo frente a mis ojos, sino que me sirvo de manera arbitraria del color para expresarme con solidez» (1888j). Si Victor Hugo es Romanticismo, Flaubert y Balzac son Realismo y Guy de Maupassant y Zola, discípulos de estos respectivamente, son Naturalismo; de esta forma lo expresa el pintor: «¿los Balzac y los Flaubert no han hecho a los Maupassant y a los Zola? Viva, pues, no nosotros, sino la próxima generación» (1888i).

A mediados de 1888, en la carta 636, Van Gogh lee César Birotteau y comenta a Theo que quizá relea toda la creación literaria de Balzac, principal representante de la novela realista (1888d). Más tarde, tan solo un año antes de morir, escribe: «Leo ahora El médico rural, el bello libro de Balzac; allí hay una figura de mujer no loca, pero demasiado sensible, que es tan encantadora; cuando lo termine te lo haré llegar» (1889i). Sin embargo, no solo menciona a este autor al final de su vida, sino que ya desde el inicio de sus cartas manifiesta su admiración por cómo Balzac y otros autores realistas o naturalistas retratan a las mujeres, y explica de qué forma aplica estas lecturas a sus pinceladas:

 

[...] cuando pinto aldeanas quiero que sean aldeanas, por el mismo motivo cuando son prostitutas, quiero que tengan una expresión de prostitutas. Eso puede explicar que me haya impresionado esa cabeza de puta de Rembrandt. Debido a que ha captado infinitamente bien esa enigmática sonrisa con la seriedad que únicamente él, mago de los magos, lo podía hacer. Eso es un hecho que es para mí completamente novedoso y que deseo lograr cueste lo que cueste. Tanto Courbet como Manet lo han conseguido, bueno, maldita sea, yo tengo la misma ambición porque, además, he sentido hasta la médula la infinita hermosura de los análisis sobre mujeres de los grandes maestros de la literatura: Balzac, Zola, de Goncourt, Daudet (1885i).

 

En la carta 325, enviada el 5 de marzo de 1883, Van Gogh confiesa a su amigo Van Rappard que prefiere gastar dinero en pagar a modelos que en materiales como telas y colores y, aún más, declara que nunca se ha arrepentido de gastar dinero en personas que posen para sus dibujos y pinturas (1883b). En otra carta, esta vez a su hermano, comenta que prefiere pintar ojos de personas antes que pintar catedrales: «ya que hallo que en ellos hay algo de lo que las catedrales están desprovistas, a pesar de que sean majestuosas y se impongan; el alma de un ser humano me parece más interesante, aunque sea un pobre vagabundo o una muchacha de la calle» (1885i). Esta predilección por las personas de la calle es una constante a lo largo de sus dibujos y de los libros que lee y relee, y se acentúa cuando se adentra en el Realismo más exhaustivo y extremo, esto es, el Naturalismo.

En cuanto a la influencia que supone Charles Dickens para Vincent van Gogh, debemos remontarnos a 1879 ?aunque el inglés ya aparece en la infancia del neerlandés gracias a los cuentos que sus padres le leen a él y a su hermano?, cuando el pintor encuentra una edición en francés de Tiempos difíciles en la población minera de Borinage, Bélgica, donde trabaja como evangelista y convive con campesinos y trabajadores de las minas de carbón. Meses después, Van Gogh visita a sus padres en Etten, un pequeño municipio holandés. En ese breve periodo de tiempo, el pintor se entusiasma por las obras de Dickens leyendo esa traducción de Tiempos difíciles, pero también otras obras, y así lo comenta su madre: «Lee a Dickens todo el día y solamente habla cuando le hablan a él; sobre su futuro, ni una sola palabra» (Van Gogh-Bonger, 1913). Es en ese mismo mes cuando recomienda a su hermano la edición francesa de Tiempos difíciles, destacando en la carta el personaje de Stephen Blackpool, un hombre trabajador. La clase obrera llama la atención del neerlandés durante toda su vida y busca retratarla en sus obras.

El maestro realista mantiene hechizado al joven Van Gogh, influenciándole con su conciencia social, como resulta visible en la carta 267, escrita a Van Rappard en septiembre de 1882: «Toda mi vida está encaminada a hacer de la vida cotidiana las cosas que Dickens describe. Millet dice: en el arte hay que dar el corazón y el alma» (1882i). Seguidamente, en esta misma carta hallamos otro ejemplo de identificación con el personaje; en este caso se identifica con el célebre personaje de Daniel Defoe porque se siente diferente y, por ello, marginado e, incluso, abandonado: «pienso a menudo en la vieja historia de Robinson Crusoe, que no se desanimó por su soledad, sino que organizó las cosas para crear trabajo para sí mismo y tener una vida muy activa y muy estimulante a través de su propia búsqueda y esfuerzo» (1882i). Algunas cartas antes, Vincent ya comentaba a su hermano su identificación con este personaje novelesco, y lo hacía con un ejemplo más de código cultural y literario, dando por hecho que su hermano conocía la historia narrada por el inglés: «Estoy tan acostumbrado a mi ropa de trabajo, con la que puedo sentarme o tumbarme en la arena o en la hierba como me plazca (porque en las dunas, por ejemplo, casi nunca uso una silla, excepto quizás una vieja cesta de pescado), que mi atuendo es demasiado robinsoniano» (1882h).

Meses más tarde, en noviembre de 1882, el pintor termina el dibujo Worn Out (Imagen 25) ?una idea que repetiría en varias versiones hasta la última que se conserva, de 1890 (Imagen 26)?, que guarda un notable parecido con otro boceto realizado un año antes, en 1881 (Imagen 24), y que Mariella Guzzoni, en Vincent’s Books. Van Gogh and the writers who inspired him (2020: 65), relaciona con la ilustración John´s Reverie de John Leech para la novela The cricket on the Hearth de Dickens (Imagen 27).

Según el Van Gogh Museum, traza este personaje más de cuarenta veces. En “How Vincent van Gogh was Inspired by the Works of Charles Dickens” (2019), Paige Thompson explica que esta figura socialmente desfavorecida está inspirada en un dibujo de una edición de Tiempos difíciles. Aquí, la catalogadora británica se refiere al dibujo Estephen Blackpool que crea el ilustrador estadounidense Félix OC Darley en 1861 para la primera página de Tiempos difíciles en la edición de 1862 (Imagen 23).

 

 

 

 

 

Imagen 23: Félix OC Darley, Dibujo para Tiempos Difíciles (1861)

Imagen 24: Van Gogh, Worn Out (1881)

Imagen 25: Van Gogh, Worn Out (1882)

Imagen 26: Van Gogh, Worn Out (1890)

Imagen 27: John Leech, John’s Reverie (1845)

La silla es un tema recurrente en la obra pictórica de Van Gogh, ya sea ocupada por algún personaje marginal o simplemente ocupada por el sentimiento de pena del pintor, esto es, vacía. Paige Thompson cuenta que el pintor inglés Luke Fildes trabajaba con Dickens en las ilustraciones de su novela El misterio de Edwin Drood, pero esta obra quedó inacabada debido a la muerte del autor el nueve de junio de 1870 (Thompson, 2019). Fildes, conmovido por la silla vacía del autor en su estudio de Gad’s Hill, crea La silla vacía para el periódico The Graphic (Imagen 28). Van Gogh, lector habitual de dicho periódico, no solo califica el dibujo de «espléndido» (1882h), sino que le explica la historia a su hermano y le sirve de inspiración para su cuadro La silla de 1888 (Imagen 29): «Edwin Drood fue la última obra de Dickens, y Luke Fildes, habiéndose puesto en contacto con D. a través de esas pequeñas ilustraciones, entra en su habitación el día de su muerte, ve su silla vacía quieta allí, y así fue como uno de los antiguos números de The Graphic tenía ese llamativo dibujo»; y continúa: «Sillas vacías: hay muchas, vendrán más, y tarde o temprano en lugar de Herkomer, Luke Fildes, Frank Holl, William Small, etc. solo habrá sillas vacías…» (1882l).

Sin embargo, Van Gogh, en noviembre de 1888, no crea solo un cuadro con una silla vacía, sino dos. La primera pintura representa la silla del neerlandés, la misma que aparece en El dormitorio en Arlés: «mi propia silla vacía, una silla de madera con una pipa y una bolsa de tabaco» (1889c). En el segundo cuadro se observa la silla de Gauguin pintada una de las últimas noches que conviviría con el francés, en noviembre de 1888 (Imagen 30): «puedo decirte de todos modos que los dos últimos estudios son bastante divertidos. Lienzos nº 30, una silla de madera y paja toda amarilla sobre tejas rojas contra una pared (de día). Luego, el sillón de Gauguin, rojo y verde, efecto noche, y sobre el asiento dos novelas y una vela» (1888w).

De hecho, Van Gogh ya conocía la cercana despedida de su amigo y, por este motivo, la vela podría representar la presencia del francés, junto a dos libros que seguramente sean un recuerdo de sus extensas conversaciones sobre literatura. Así pues, aparte de otros muchos dibujos de sillas que realiza, estas dos representan su silla vacía pintada de día y la nocturna silla vacía del que fue su compañero en “La casa amarilla” durante tres meses, Paul Gauguin. Un año después, el pintor alude así a su cuadro y a su amistad con Gauguin en una carta al poeta y pintor Gabriel-Albert Aurier:

 

Le debo mucho a Paul Gauguin, con quien trabajé unos meses en Arles, y a quien, además, ya conocía en París […]. Unos días antes de separarnos, cuando la enfermedad me obligó a ingresar en un manicomio, traté de pintar 'su lugar vacío'. Es un estudio de su butaca de madera oscura pardo rojiza, el asiento de paja verdosa, y en lugar del ausente un candelero encendido y algunas novelas modernas (1890a).

 

Por su parte, Gauguin recuerda a Van Gogh por su inestabilidad mental y su interés por la literatura. Como atestigua el historiador de arte Evert van Uitert, Paul Gauguin describe a Vincent van Gogh como un «colosal hombre de letras» (2001) y añade: «Gauguin escribió más tarde: “Daudet, De Goncourt, la Biblia, todos fríen este cerebro holandés”» (2001).

 

Imagen 28: Luke Fildes, La silla vacía (1870).

Imagen 29: Van Gogh, La silla (1888)

Imagen 30: Van Gogh, La silla de Gauguin (1888)

 

 

Por último, cabe mencionar otros cuentos que Vincent van Gogh relee desde su infancia y a los que hace referencia en numerosas ocasiones en sus relaciones epistolares: «Esta semana compré una nueva edición de 6 centavos de Christmas carol y Haunted man de Dickens (London Chapman and Hall) con unas 7 ilustraciones de Barnard, por ejemplo, una tienda de chatarra. Encuentro todo Dickens hermoso, pero esos dos cuentos los he releído casi todos los años desde que era niño y siempre me parecen nuevos. Barnard ha entendido bien a Dickens» (1883b). En esta misma carta 325 que escribe a Van Rappard a principios de marzo de 1883, el pintor sigue intentando conseguir el grabado La silla vacía de Fildes y opina sobre el escritor inglés que «no hay otro escritor que sea tan pintor y dibujante como Dickens. Es uno de esos cuyos personajes son resurrecciones» (1883b).

La admiración del pintor por el escritor va más allá de Tiempos difíciles, Cuentos de Navidad ?que incluye, junto con La cabaña del Tío Tom de Beecher Stowe, en una versión de La Arlesiana de 1890 (Imagen 31)? o del Realismo como movimiento. Van Gogh se muestra de nuevo como un apasionado de las conexiones interartísticas en la carta 232, de 28 de mayo de 1882, a su amigo Van Rappard, relacionando aquí escritores con dibujantes y recordando que Dickens utiliza el término sketched, propio de la Pintura: «escritores ingleses como Dickens, Eliot y Currer Bell, y Balzac entre los franceses, son tan asombrosamente 'plásticos', si puedo decirlo así, que es tan poderoso como, digamos, un dibujo de Herkomer o Fildes o Israëls. Y el propio Dickens utilizó en ocasiones la expresión “he esbozado”» (1882b).

La relación de Charles Dickens con la Pintura asombra a Vincent van Gogh y, diez días después, justo doce años después de la muerte del escritor, plasma su admiración por él y sitúa sus obras en el mismo nivel que algunos manuales de perspectiva: «Tengo mis libros de perspectiva aquí y algunos volúmenes de Dickens, incluido Edwin Drood. Hay perspectiva en Dickens también. Por Júpiter, qué artista. No hay nadie que lo iguale» (1882c).

 

Imagen 31: Van Gogh, La arlesiana (1890)

 

 

Por otro lado, Van Gogh también encuentra una importante fuente de inspiración en George Eliot. El pintor no solo realiza conexiones entre la autora ?él pensaba que se trataba de un hombre debido al pseudónimo? y León Tolstoi —«da la impresión de que Tolstoi se ocupa mucho de la religión de su pueblo, igual que George Eliot en Inglaterra» (1888p)—, sino también con pintores de la época como Charles Rochussen: «Una vez leí en Eliot “aunque esté muerto, lo pienso como si estuviera vivo” […]. Y por eso también me gusta mucho Rochussen» (1882i).

Con apenas veinticinco años, el pintor recomienda cinco libros de George Eliot a su hermano para que así lea «algo bonito»: «¿Has leído algo bonito últimamente? Asegúrate de conseguir y leer los libros de Eliot, no te arrepentirás, Adam Bede, Silas Marner, Felix Holt, Romola (la historia de Savonarola), Escenas de la vida clerical» (1878a). Más tarde, lee otras obras como Middlemarch y se acuerda de los franceses Balzac y Zola: «Estoy leyendo Eliot, Middlemarch. Eliot analiza como Balzac o Zola, pero situaciones inglesas y con sentimiento inglés» (188a). Asimismo, Eliot también le recuerda al pintor Israëls y al escritor Dickens, pues ve en ambos algo que le llama la atención y que considera original: «Realmente Eliot tiene ese 'algo diferente', que veo, como decía, en Israëls mucho más que en Vollon, y Dickens también lo tiene» (1883c). Por último, cabe mentar otra consideración de Vincent, esta vez sobre la genialidad de la autora y el poder de sus libros: «Eliot es magistral en la ejecución, pero más allá de eso está ese algo extra de genialidad singular del que pienso: tal vez uno mejora leyendo estos libros, o estos libros tienen el poder de vigorizar» (1883c).

En su proceso de relectura de obras literarias, Van Gogh vuelve a leer Felix Holt, El Radical en marzo de 1883, novela publicada en 1866 y que sabemos, gracias a la relación epistolar entre Theo y Vincent, que ya había leído antes de 1876. En la carta 332 manifiesta su entusiasmo por las ideas que plasma Eliot y por cómo lo hace. Además, en esta nueva lectura, relaciona la perspectiva y las imágenes de la obra con el dibujante británico Frank Holl:

 

Estoy releyendo Felix Holt, El Radical de Eliot estos días. Este libro está muy bien traducido al holandés. Espero que lo tengas; si no lo tienes, mira si puedes conseguirlo en algún lugar para leerlo. Hay ciertas filosofías en él que me parecen excelentes, cosas profundas dichas de una manera agradable, es un libro que está escrito con gran espíritu y varias escenas se describen como Frank Holl o alguien como él las dibujaría. La actitud y la perspectiva. No hay muchos escritores tan completos y verdaderamente buenos como Eliot (1883c).

 

Sin embargo, lo que resulta de mayor interés en lo relativo a la influencia de la Literatura en la vida y en la obra de Van Gogh no son estas reflexiones interartísticas, sino la decisión que toma en 1875. Este año, como ya se ha comentado, el pintor decide deshacerse de todos sus libros, excepto de la Biblia y La imitación de Cristo, una idea que seguramente extrae del tercer capítulo de El molino a orillas del Floss, de George Eliot:

 

Los viejos libros de Virgilio, Euclides y Aldrich ?el marchito fruto del árbol de la ciencia? habían quedado abandonados, porque Maggie había dado la espalda a la vana ambición de compartir los pensamientos de los sabios. En un primer arrebato ardoroso, los tiró con un gesto de triunfo, como si hubiera superado la etapa en que los necesitaba, y si hubieran sido suyos, los habría quemado, convencida de que nunca se arrepentiría. Leía con tanta ansiedad y constancia los otros tres libros —la Biblia, el Kempis y el Anuario cristiano (Eliot, 1983: 248).

 

Bibliografía:

ELIOT, G. (1983). El Molino a orillas del Floss. Trad. de María Luz Morales. Barcelona: Océano.

GUZONNI, M. (2020). Vincent’s Books. Van Gogh and the writers who inspired him. Londres: Thames & Hudson.

THOMPSON, P. (2019). “How Vincent van Gogh was Inspired by the Works of Charles Dickens”: <https://www.sothebys.com/en/articles/how-vincent-van-gogh-was-inspired-by-the-works-of-charles-dickens> [cons. 17/10/22].

VAN GOGH, V. (1878a). “Carta Nº 142, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let142/letter.html> [cons. 13/2/23].

VAN GOGH, V. (1882b). “Carta Nº 232, a Van Rappard”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let232/letter.html> [cons. 3/11/22].

VAN GOGH, V. (1882c). “Carta Nº 238, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let238/letter.html> [cons. 2/11/22].

VAN GOGH, V. (1882h). “Carta Nº 251, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let251/letter.html> [cons. 2/11/22].

VAN GOGH, V. (1882i). “Carta Nº 267, a Van Rappard”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let267/letter.html> [cons. 2/11/22].

VAN GOGH, V. (1882l). “Carta Nº 293, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let293/letter.html> [cons. 2/11/22].

VAN GOGH, V. (1883a). “Carta Nº 316, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let316/letter.html> [cons. 11/02/23].

VAN GOGH, V. (1883b). “Carta Nº 325, a Van Rappard”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let325/letter.html> [cons. 28/10/22].

VAN GOGH, V. (1883c). “Carta Nº 332, a Van Rappard”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let332/letter.html> [cons. 4/11/22].

VAN GOGH, V. (1885i). “Carta Nº 550, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let550/letter.html> [cons. 6/11/22].

VAN GOGH, V. (1888d). “Carta Nº 636, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let636/letter.html> [cons. 5/11/22].

VAN GOGH, V. (1888i). “Carta Nº 662, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let662/letter.html> [cons. 6/11/22].

VAN GOGH, V. (1888j). “Carta Nº 663, a Willemien”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let663/letter.html> [cons. 8/11/22].

VAN GOGH, V. (1888p). “Carta Nº 686, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let683/letter.html> [cons. 4/11/22].

VAN GOGH, V. (1888w). “Carta Nº 721, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let721/letter.html> [cons. 2/11/22].

VAN GOGH, V. (1889c). “Carta Nº 736, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let736/letter.html> [cons. 2/11/22].

VAN GOGH, V. (1889i). “Carta Nº 768, a Theo”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let768/letter.html> [cons. 28/10/22].

VAN GOGH, V. (1890a). “Carta Nº 853, a Albert Aurier”, en Van Gogh Museum, Amsterdam, <https://vangoghletters.org/vg/letters/let853/letter.html> [cons. 2/11/22].

VAN GOGH-BONGER, J. (1913). “Memoir of Vincent van Gogh”: <http://www.vggallery.com/misc/archives/jo_memoir.htm> [cons. 19/11/22].

VAN UITERT, E. (2001). Vincent van Gogh: una vida literaria. The Vincent van Gogh Gallery: <http://www.vggallery.com/misc/archives/literarylife.htm> [cons. 30/03/23].

 

[Extraído de “La influencia de la Literatura en la Pintura: análisis comparativo de la experiencia literaria y de la obra de Vincent van Gogh” por Pablo Maroto



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