CUADROS DE TEMAS DIVERSOS
BARCAS DE PESCA EN LA PLAYA DE SAINTES-MARIES
Fecha de realización: Final de Junio de 1888
Dimensiones: 65 X 81.5 cms
Materiales: Oleo sobre lienzo.
Ubicación: Amsterdam. Museo Van Gogh
Catalogación: F 413; JH 1460
Saintes-Maries. La localidad francesa de Les Saintes-Maries-de-la-Mer está situada en la costa del Mediterráneo, al sur de la ciudad de Arlés, de la que dista unos 36 kms. Se halla establecida en la delta que forma el río Ródano en su desembocadura con el Mar Mediterráneo. Es pues una zona baja que limita por una parte con el mar y por otra con la marisma. Pertenece a la región de la Camargue.
Su economía se basaba en la pesca y en la ganadería, caballos y toros, que se criaban, y aún hoy día se crían, en la marisma.
La situación actual en Saintes-Maries ha cambiado. Se ha convertido en una zona turística, de unos 3000 habitantes, pero con una población, en verano, que llega a 50,000. Existen 45 hoteles, unos 100 restaurantes, y un buen puerto deportivo.
La leyenda de las Santas Marías. En la antigüedad, La Camargue era una isla consagrada al dios egipcio Ra, padre del sol. La devoción religiosa a Santa Sara, y a las dos Marías, María Jacobea y María Salomé, han hecho de este lugar un centro de peregrinación de todos los gitanos de Europa.
Según la tradición provenzal, las dos Marías fueron expulsadas de Judea hacia el año 45 D.C. y embarcadas en un bote sin remos, ni vela, ni timón. La Providencia las hizo llegar, milagrosamente sanas y salvas, a este lugar de la costa francesa. Ellas evangelizaron a las gentes del país, a los ocupantes romanos y, probablemente, a los gitanos. Hay muchas versiones sobre el origen de Sara. La versión más popular dice que Sara era una criada que acompañaba a las dos Marías. Es una imagen con una cara muy morena, típica de las imágenes fechadas en la edad media, que los gitanos veneran y a la que llaman "Sara-la-Kalí", Sara la Negra.
En Saintes-Maries se celebra una fiesta en honor de sus patronas los días 24 y 25 de Mayo, a la que acuden miles y miles de gitanos de toda Europa, antes con sus carromatos de tracción animal, ahora con modernas "roulottes". Hay otra celebración menos importante el 22 de Octubre. El evento tiene un extraordinario atractivo por el colorido y el variado folklore gitano procedente de distintos países.
Viaje de Van Gogh a Saintes-Maries. Me he permitido la licencia de describir las impresiones de Van Gogh, basándome en párrafos de distintas cartas, como si él mismo las hubiera escrito en primera persona:
"Salí el 30 de Mayo por la mañana temprano hacia Saintes-Maries donde permanecí aproximadamente una semana.
Hice el viaje (50 Km.) en la diligencia que diariamente une las dos poblaciones. Para llegar allí hay que cruzar la Camargue, con viñedos, zonas pantanosas, y grandes llanuras cubiertas de hierbas. Todo ello me recuerda Holanda, y los cuadros de Ruysdael y Hobema pero con otra luz. A lo largo del viaje tuve ocasión de ver manadas de toros bravos y de pequeños caballos blancos, así como bandadas de flamencos rosa. Todo salvaje y muy hermoso.
La localidad no tiene más de cien casas que se parecen a las que hay en los brezales y turberas de Drenthe. Ya las verás en los cuadros y dibujos que he hecho. Destaca entre los edificios la Iglesia que parece un castillo fortificado. El próximo mes empieza la temporada de baños al aire libre, vendrán de veinte a cincuenta bañistas.
Por el alojamiento y pensión completa me pidieron seis francos, pero al final me lo dejaron en cuatro. (Van Gogh se alojó en el único albergue existente, denominado Hotel de la Poste, situado en la esquina de la calle Grande con Grenier á Sel, propiedad de la familia Courlas). Suele escasear el pescado, puesto que, aunque hay pescadores, normalmente venden sus productos en Marsella, pero cuando lo hay, es tremendamente exquisito y mejor que el que se pueda tomar en París. Igualmente suele escasear la carne.
La finalidad de mi viaje era conocer el Mediterráneo y pintar personajes de la zona. Para captarlos tendré que dibujar rápidamente y aparentar que no me importan, aunque realmente eso es lo que más me interesa. Hay muchachas que me recuerdan a Cimabue y Giotto- delgadas y derechas, algo tristes y místicas. Me he traído tres lienzos y todos los avíos para dibujar, porque las cosas aquí están más delimitadas, y yo necesito que mi dibujo sea más espontáneo y más exagerado.
La costa es arenosa, sin acantilados ni rocas, como Holanda, pero más azul. El mar tiene los colores de la caballa, quiero decir colores cambiantes. Nunca se sabe si es verde o violeta, ni siquiera se puede decir que es azul porque al momento siguiente la luz ha tomado un tinte rosado o gris.
Una noche fui a pasear junto al mar, a lo largo de la playa vacía. No era alegre, pero tampoco triste, era simplemente bello. El cielo azul profundo estaba abigarrado con algunas nubes de un azul más profundo que el azul cobalto intenso, y otras de azul más claro como el azul blanquecino de la Via Láctea.
Sobre el azul profundo parpadeaban las estrellas, verdes, amarillas, blancas, rosas, parecían brillantes, esmeraldas, lapizlázuli, rubíes, zafiros... El mar era azul ultramarino. La playa, una especie de violeta y rosa pálido, y sobre las dunas (de unos cinco metros de altura), algunos arbustos azul Prusia.
En la playa arenosa, perfectamente plana, había pequeñas barcas verdes, rojas, azules, tan bonitas en forma y color que a uno le hacían pensar en las flores. Un solo hombre forma su tripulación, porque estos botes difícilmente pueden aventurarse hacia altamar. Salen cuando el viento es suave, y vuelven a la costa cuando éste sopla fuerte.
He pintado los tres lienzos, dos marinas y una vista de la ciudad, pero además he hecho una docena de dibujos.
Ahora que he visto el mar aquí, estoy absolutamente convencido de la importancia de mi estancia en el Midi. Cuando pueda volveré para hacer más estudios."
Fechas del Viaje. No se conoce con exactitud las fechas en que Van Gogh realizó este viaje a pesar de las muchas referencias que se encuentran en sus cartas. Como es sabido, Vincent no solía fechar sus escritos, por lo que el orden y la datación se han hecho por medios indirectos que, evidentemente producen errores. Hace unos cuatro años, el Museo Van Gogh de Amsterdam anunció una nueva edición de sus cartas, en la que en una página estaría el escrito original y en la opuesta la versión en inglés. Sin embargo el silencio ha caído sobre esta edición y no se ha vuelto a hablar de ella. Es posible que el problema de datación de las cartas, que a su vez llevaría a una nueva datación de su obra, de imprevisibles consecuencias, sea una de las causas.
Un ejemplo de esta irregularidad se encuentra en las siguientes cartas relacionadas con las fechas de su viaje a Saintes-Maries:
Carta nº Fecha Contenido
492 28 May 88 Proyecta ir a Saintes-Maries
494 6 Jun 88 "Posiblemente vaya el próximo domingo" (10 junio)
495 29 May 88 "Mañana saldré..." (30 Miércoles)
496 12 Jun 88 No ha ido por falta de dinero
497 12/13 Jun "Supongo que creerás que estoy en Saintes-Maries"
498 sobre 15 Jun No ha ido porque tiene que pagar la renta.
498ª 29 May (a A.H. Koning) "Mañana saldré para Saintes-Maries"
499 4 Jun 88 "Estoy en Saintes-Maries"
500 sobre 5 Jun Ya está de vuelta en Arlés
B6 6-11 Jun (a E. Bernmard) "Pasé una semana en Saintes-Maries.
Según Pickvance, uno de los grandes historiadores de Van Gogh, la salida tuvo lugar el 30 de Mayo, Miércoles, y según Ronald de Leeuw, destacado experto del Museo Van Gogh, el viaje se produjo desde el 30 de Mayo al 3 de Junio.
Razones del viaje. El motivo del viaje se encuentra en la carta 498ª a Koning, en la que dice que desea ver el Mediterráneo (el mar azul y el cielo azul) así como pintar algunas figuras o caracteres de los habitantes de la zona. Desde su estancia en Scheveningen en 1882 no había vuelto a pintar marinas hasta su llegada a Saintes-Maries.
Es curiosa la referencia a los personajes de la zona, porque ni en sus cuadros ni en sus dibujos aparece una sola figura. Es tanto más curioso aún cuando se tiene en cuenta que, cuando Van Gogh empieza a concebir el viaje, Arlés debería estar llena de gitanos y de sus carromatos, ya que estaba próxima la romería de Sara-la-Kali. Más aún, gran parte de esos romeros tuvieron que entrar por la Avenida de Montmajour y Place de Lamartine, plaza en la que con toda seguridad aparcarían, (como tuve ocasión de comprobar en mi viaje a Arlés en Octubre de 2000), y a las que la casa de Van Gogh tenía ventanas. Casi forzosamente tuvo que cruzarse en la carretera con ellos en su viaje a Saintes-Maries.
Tampoco aparece ninguna mención a los gitanos en su correspondencia, aunque en Agosto pintase un cuadro (JH 1554) teniendo como motivo un campamento gitano.
Otro indicio es el alto precio que le pidieron, 6 francos, por el alojamiento en Saintes-Maries, lugar de escasos visitantes, precio justificado sólo por la presencia de los romeros, y que pretendieron cobrar a Van Gogh a pesar de haber terminado las fiestas, y también por eso redujeron el precio a cuatro francos. Es realmente extraño que Van Gogh no haga referencia, ni en sus cuadros ni en su correspondencia, a los gitanos ni a las fiestas del lugar, siendo ambos tan pintorescos.
Descripción del cuadro. Podría decirse que el cuadro es una naturaleza muerta con barcas. Es una marina en la que cuatro pequeñas barcas de pesca se encuentran varadas en la arena. Reposan desmanteladas, es decir, sin velas, sin timón, y con los remos en el interior de la barca.
Son barcas de técnica muy elemental, poco diferentes a las de los antiguos romanos, y movidas por el viento o a remo. A pesar de su pequeño tamaño son barcas pesadas que, aunque pueden ser manejadas por una sola persona, necesitan más de una para arrastrarlas hasta el mar, y, en caso de falta de viento, moverlas a remo una sola persona resulta muy penoso.
La vela, triangular, es una evolución de la antigua vela romana, y los dibujos de la proa que, junto a los colores vivos del resto del barco, sirven para distinguirlas en la distancia, parecen de procedencia griega, civilización presente en la zona antes de la llegada de los romanos. El timón, como se observa en el interior de la barca en primer término, tiene dos ganchos en forma de L invertida que se insertan en unas anillas que se encuentran en la popa, como se puede apreciar en la barca denominada "Amitié". Estos ganchos sirven de sujeción y de eje de giro al timón.
Se ha dicho que la palabra "Amitié" es un mensaje que ha querido transmitir Van Gogh, pero el hecho es que las barcas solían tener (y aún hoy día tienen) un nombre de identificación, nombre que, como una marca registrada, pertenecía a cada jefe familia. En este caso, la barca "Amitié" pertenecía a un tal Henri Pinet.
La playa, arenosa y llana, como demuestra la línea del horizonte, carece de rocas, por lo que las barcas tienen que estar sujetas a la arena por largas cuerdas atadas a la proa y que terminan en un ancla, clavada en la arena seca, a donde no llegan las mareas.
Otras cuatro barcas se alejan de la playa con las velas desplegadas y las redes extendidas. En dos de ellas se pueden apreciar las siluetas de dos marineros, únicas "figuras" pintadas por Van Gogh durante su estancia en esta localidad.
La línea del horizonte divide el cuadro en dos partes casi iguales. Arriba el cielo, sobre el que se recortan los mástiles y las velas de las barcas. Abajo la arena y el mar. En esta zona inferior podrían distinguirse tres subzonas triangulares mediante dos líneas imaginarias que, partiendo del centro del horizonte una se dirigiera hacia la izquierda, pasando por las proas de las barcas, marcando la zona de la arena seca, de tono amarillo. La otra línea, partiendo también del centro del horizonte, pasaría por la popa de las dos últimas barcas varadas, marcando la zona azul del mar. Entre las dos líneas y la base del cuadro se sitúa la zona de arena húmeda, donde sube y baja la marea, y es donde se sitúan las barcas varadas.
A la derecha de la barca en primer plano, se aprecia un desnivel o escalón entre la arena y el mar, fenómeno frecuente en las playas arenosas cuando las olas rompen insistentemente sobre el mismo lugar durante las mareas de poca oscilación entre la bajamar y la pleamar, escalón que desaparece con el cambio de las mareas. Quizás este detalle pueda servir para determinar las fechas en que Van Gogh pudo haber estado en Saintes-Maries.
Entre la barca en primer plano y la base del cuadro aparece una zona encharcadiza de aguas poco profundas.
En el centro de la base del cuadro hay un paralelepípedo amarillo, con la firma del autor, y otro paralelepípedo rectangular alargado, también de color amarillo, a la izquierda del cuadro, delante de la proa de la barca roja.
Dos gaviotas vuelan a la izquierda de la parte alta del mástil de la barca roja..
Comentarios. Este cuadro es uno de los más populares de Van Gogh. Está datado por Hulsker hacia final de Junio, lo que quiere decir que no fue realizado in situ, directamente de la realidad, como era costumbre del artista, sino en su gabinete.
Vincent tuvo ocasión de ver estas barcas durante los días de su estancia allí, y su colorido le llamó la atención, pero no pudo pintarlas porque los pescadores salían al mar en cuanto amanecía, no dando tiempo al artista para pintar su obra. Por ello, el último día de su estancia hizo, por la mañana muy temprano, un dibujo de las barcas (JH 1458) en tan solo una hora, y del que quedó muy orgulloso. En ese dibujo anotó los colores de las distintas zonas de las barcas para poder ser lo más fiel posible a la realidad.
Ya en Arlés, en la carta 500, dice "Voy a trabajar sobre ello en un cuadro de tamaño 30 pero con más cielo y mar a la derecha".
Previamente a la confección de este cuadro, Van Gogh le envía a su amigo Emile Bernard (c. B6) un croquis (JH 1461) de lo que pensaba podría ser el cuadro y, posteriormente, pintó una acuarela (JH 1459). Todos ellos pueden considerarse como estudios previos.
Como se puede observar en el dibujo y en la acuarela (JH 1458 y 1459) Van Gogh sólo tomó apuntes de las barcas, todo lo demás representado en el cuadro que estudiamos, es pura imaginación. Tal vez por ello hay una gran diferencia entre el detalle con que han sido pintadas las cuatro barcas varadas en la playa, y la pincelada suelta del resto del cuadro.
Por otra parte, el dibujo estilizado de las barcas y sus colores planos es de indudable influencia japonesa, aunque, al mismo tiempo, las líneas negras que bordean el dibujo y esos mismos colores planos recuerdan el cloisonismo de Bernard. El cuadro carece de sombras.
Es de destacar que Van Gogh, aún estando maravillado del Japón que había encontrado en el Sur, no olvida su tierra natal, Holanda, al contrario, siempre la tiene presente. Las llanuras le recuerdan su país, los paisajes le recuerdan los cuadros de sus pintores...la división de este cuadro en dos mitades, una de ellas para dejar espacio al cielo, sugiere la técnica de Ruysdael para recrearse con la representación del estado atmosférico de ese cielo. Pero Van Gogh pinta un cielo que habría que catalogar de extraño. A los amarillos de la arena de su cuadro, y al azul del mar, le hubiera correspondido un cielo completamente azul parecido al de la acuarela; pero el cielo que Van Gogh pinta, un cielo difícil de describir, no bien definido, de color apagado, produciría en el mar una tonalidad más gris y en la arena un amarillo menos vivo. Es posible que sea consecuencia de pintar de memoria. Hay que recordar que a Van Gogh no le gustaba pintar cosas imaginadas, y que eso fue una de los motivos de disputa con Gauguin, cuando meses más tarde se reuniera con Van Gogh en la Casa Amarilla.
Es un cuadro realmente interesante. Hay en él rasgos de influencia japonesa, cloisonismo, impresionismo y del barroco holandés. A pesar de que el tema principal del cuadro del cuadro se concentra en el cuadrante inferior izquierdo, no da la sensación de desequilibrado. Es un cuadro que respira calma.
La escritora Melissa McMillan sugiere que los botes varados en la playa pueden aludir a la leyenda o creencia popular por la que anualmente se conmemora la llegada de las Marías bíblicas a este lugar.
Por mi parte añadiría un simbolismo muy personal. Teniendo en cuenta que Gauguin aparece en la mayoría de las cartas antes citadas, que Van Gogh está interesado en que forme parte del Taller del Sur, los colores amarillos que aparecen en la primera barca, y el nombre de la barca "Amitié" (Amistad), todo ello me sugiere que las cuatro barcas que reposan en la arena, y las cuatro que pescan en el mar, pudieran ser el grupo de pintores (Van Gogh, Gauguin, Bernard, y, tal vez Pissarro o Signac) que, en el sueño idealizado de Van Gogh, recuperan fuerzas en la Casa Amarilla, y que trabajan juntos, pero independientes, movidos por el mismo viento de unos ideales artísticos.
Un último comentario respecto a los paralelepípedos antes citados. Algún autor supone que son cajas. A mi modo de ver, el que se encuentra en el centro de la base del cuadro pudiera ser un poste de sostén de algún pequeño y rudimentario embarcadero de madera. Obsérvese que el punto de vista del pintor está situado en un plano más elevado que las barcas, probablemente sobre un embarcadero.
En cuanto al otro paralelepípedo alargado, pudiera ser un bloque de ladrillos y argamasa, dotado de alguna anilla de hierro, y que se utilizaban a falta de puerto o rocas, para amarrar las barcas. En esta ocasión ha perdido su utilidad posiblemente por oxidación y desaparición de la anilla.
Finalmente sugeriría al lector que comparara la técnica con que ha sido pintado este cuadro, con la forma de pintar el óleo titulado "Barcas de Pesca cerca de Saintes-Maries" (JH 1453). Ambos pueden estar separados en el tiempo por un par de semanas. En el primero predomina el dibujo, los colores planos y la serenidad. En el segundo, por el contrario, hay agitación, fuerte intensidad cromática y mucho "impasto". Dos formas absolutamente distintas de pintar.
Utrera (Sevilla) España. Junio de 2002.
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