El Aspecto Fisico de Van Gogh
(Nota ampliatoria 2)
Aunque el título de esta ampliación hace referencia al aspecto físico, se recogen también algunos comentarios referentes a su carácter. Hay que llamar la atención sobre el hecho de que muchos de estos comentarios fueron realizados por los testigos en fecha muy posterior a las acciones que describen, cuando Van Gogh era ya un artista famoso, y se había extendido su aureola de genio y el mito de su locura, y por tanto, cabe la duda si las impresiones expuestas son verdaderamente objetivas o si han estado influidas por la fama del pintor.
John Rewald, en su obra Postimpresionismo: de Van Gogh a Gauguin, obra magníficamente documentada, dice de Van Gogh que , cuando niño, tenía un temperamento irritable e inquieto que se haría más pronunciado con el tiempo. La gente que le conocían le tildaban de "distante" e "intensamente serio". El mismo Van Gogh decía que su niñez fue triste, fría y estéril.
1876. En Dordretch Vincent, que tenía entonces veintitrés años, se aloja en casa de la familia Rijkens. La patrona decía que su comportamiento era poco sociable.
1881-82. En 1926 un periodista se desplazó a Etten para entrevistar a las personas que hubiesen conocido a Van Gogh. Estos comentarios se producen más de cuarenta años después de los hechos y por personas que en el momento de la visita eran muy mayores. Las personas entrevistadas fueron:
J.A. Oostrich. Su padre había trabajado para el padre de Vincent. Afirma que Van Gogh le caía bien a los agricultores. Cuando iba a trabajar vestía frecuentemente un impermeable y un sombrero también impermeable (parecido a los de los marineros) con un ala por detrás que le cubría el cuello. Siempre llevaba una pequeña silla plegable. Cuando caminaba, miraba al frente sin percibirse de las personas que pasaban a su lado. Parecía una persona extraña, si bien no hacía nada extraño.
Cuando estaba pintando no le gustaba que le mirasen, y si alguien se detenía por algún tiempo, Van Gogh le pedía que se marchara. Si algún dibujo no le gustaba, lo rompía inmediatamente. No fue siempre una persona fácil.
Siempre fue muy generoso con los pobres. En una ocasión le dio su propio traje nuevo a un mendigo.
A. de Graaf. Sacristán y carpintero. El fue quien hizo la silla plegable de Van Gogh. Tenía 76 años cuando le hicieron la entrevista. Decía de Vincent que era un buen muchacho, que siempre estaba ocupado dibujando y que solo hablaba de dibujos. Nunca hacía chistes y era muy serio.
Piet Kaufman. Posó varias veces para Vincent cuando tenía diecisiete años. Recordaba a Van Gogh siempre con un portafolios y una silla plegable. Marchaba con la cabeza algo inclinada y con aspecto pensativo. Nunca veía a nadie cuando se cruzaban con él en la calle. "Era un pez raro".
1886. París.
Francois Gauzi, compañero de Vincent en el estudio de Cormon hablaba de él como un excelente compañero al que era necesario dejar en paz....no apreciaba el humor parisino...y los habituales chistosos evitaban tomarle como víctima...más bien estaban asustados de él.
El pintor inglés Hartrick, también compañero del estudio de Cormon, se sentía impresionado por el carácter impredecible de Van Gogh. A veces estaba taciturno y otras veces expresaba su complacencia o su dolor a voz en grito, como podría hacerlo un niño, pero lo más frecuente era que se lanzara a acaloradas discusiones en las que mezclaba palabras en holandés, inglés y francés. Le consideraba un "chiflado" inofensivo.
Refiriéndose a su indumentaria en París, comentaba que no le parecía tan pobre como se podría suponer después de las cosas que se contaban de él. Vestía bastante bien , y normalmente mejor que otros muchos compañeros del taller.
Doge McKnight, amigo de Anquetin, decía de Van Gogh que era un tipo completamente loco pero buena persona.
1986-87. El pintor Guillomin, hombre de carácter bondadoso y paciente, y al que Van Gogh apreciaba mucho, tenía cierto temor ante sus visitas ya que se mostraba muy excitable, y, por motivos insignificantes, originaba violentas discusiones.
1988. Arlés. El teniente de zuavos Milliet fue uno de los compañeros más asiduos de Van Gogh en Arlés, al que le sirvió de modelo para un retrato (F473:JH1588) y del que recibió algunas lecciones de pintura. Recordaba al artista como un tipo extraño...impulsivo como alguien que ha vivido durante mucho tiempo bajo el fuerte sol del desierto...muy agradable cuando estaba de buen humor, lo que no sucedía todos los días. No resultaba fácil llevarse bien con él; cuando se enfadaba parecía un loco.
Según Rewald, en la obra antes citada, generalmente las críticas y los reproches que recibía Van Gogh no hacían más que reafirmar su actitud en lugar de moderarla. Constantemente tenía una postura de autojustificación que le impedía tener unas relaciones constantes y duraderas.
Utrera (Sevilla) España. Marzo de 2000.
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