Vincent van Gogh: Visitor Submissions by José Navarro

En el siglo XIX se estaba produciendo en Europa un profundo cambio social que estaba afectando a la economía, la política, las artes... Cada uno de estos sectores era un campo de batalla donde se enfrentaban dialécticamente progresistas y conservadores, en un combate, a veces, de gran dureza verbal. Como ejemplo de esta situación podría citarse algunas frases del gran escultor español Mariano Benlliure pronunciadas en Madrid en su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando:

"Propagandistas de un arte sin moral, sin la disciplina de una escuela, capaces son, por las diversas formas de su insania, de destruir, pero no de edificar. Envidiar sin nobleza, atacar sin piedad cuanto ha sido grandeza en el arte: tal es su lema"

Con esta violencia dialéctica, no es de extrañar que las clases medias y altas, la burguesía conservadora, la que disponía de medios económicos para la adquisición de obras de arte, se negara a aceptar las obras de los artistas de vanguardia, que, con estos precedentes, y ante la falta de demanda, quedaban inermes en manos de los marchantes.

La gran labor realizada por el grupo de Los XX fue dar a conocer en sus justos términos, las nuevas tendencias despojándolas de la morbosidad con que las revestían los conservadores.

Uno de los círculos culturales más importantes de Bruselas en la segunda mitad del siglo XIX lo constituía Edmond Picard, abogado del Tribunal de Apelación, senador y escritor, en cuya residencia se celebraban frecuentes encuentros literarios, musicales y teatrales, con asistencia de los artistas de vanguardia más destacados.

De estos encuentros nace la necesidad de una revista de crítica de arte, surgiendo así "L´Art Moderne", cofundada en 1881 por Picard y Octave Maus, con la finalidad de dar a conocer todas las nuevas formas de expresión artística.

Existía en esas fechas un grupo, denominado "L´Essor" (El Vuelo), una de cuyas finalidades era acabar con el academicismo y la obsesión comercial que rodeaba el mundo del arte. Discrepancias internas entre sus componentes, hicieron que algunos de ellos, los más extremistas, se separaran en 1883 creando una nueva agrupación denominada " Los XX ", que funcionaba sin normas ni reglamentos, abierta a toda novedad artística, y con el propósito de luchar contra el academicismo y el arte oficial.

El grupo de " Los XX ", durante sus diez años de existencia, tuvo un único secretario, Octave Maus, abogado y crítico de arte, que, al ser cofundador de la revista L´Art Moderne, era utilizada como órgano de difusión de las ideas y actividades del grupo.

"Los XX" estaba integrado por veinte miembros, entre pintores y escultores, entre ellos Auguste Rodín, Paul Signac, y el pintor paisajista español Regoyos.

El grupo celebraba una exposición anual a la que se invitaban a veinte artistas, seleccionados por un comité integrado por tres miembros del grupo que cambiaban cada año. La selección de los expositores se hacía entre los profesionales representativos de las ideas más nuevas y audaces, teniendo en cuenta las cualidades artísticas personales y su contribución a la evolución de la expresión artística.

Su actividad no se limitaba a la exposición anual en el denominado Salón de Los XX, sino que el programa se completaba con conciertos y conferencias sobre temas artísticos y literarios, tratando de impartir formación tanto a los artistas como a los asistentes.

La actividad del grupo ejerció una gran influencia en los medios culturales de Bruselas, dando a conocer tendencias innovadoras como el Impresionismo y el Puntillismo.

En 1884 se expuso la obra de Rodin, en 1886 expusieron obras de Odilon Redon, Seurat, Toulouse-Lautrec y Signac, y en 1890 participaron, entre otros, Gauguin, Cezanne y Van Gogh.

En 1890, la revista L´Art Moderne publicó un artículo sobre Van Gogh, titulado Les Isolés (Los aislados) firmado por Albert Aurier, artículo que apareció también en el Mercure de la France.

A fuerza de trabajo y voluntad el grupo de Los XX consiguió hacerse de prestigio, a pesar de que en un principio la opinión pública les acusaba de atentar contra el buen gusto y las buenas costumbres.

En 1893 Los XX se plantearon la pervivencia del grupo. Dado el notable éxito alcanzado, consideraron sus objetivos cumplidos y, antes de que su labor degenerara, estimaron que era el momento adecuado para disolverse, porque, como dijo Regoyos, "así el recuerdo será más hermoso".

Es muy posible que algunos componentes captaran algún atisbo de desviación de los genuinos intereses del grupo, y antes de que llegase a otros niveles decidieron disolverse. Su secretario, Octave Maus, considerado un "cazatalentos", optó por continuar creando otro grupo denominado "La Libre Estétique" que funcionó desde 1894 a 1914.

Todas estas actividades y grupos hacen de Bruselas un centro cultural de primer orden a final del siglo XIX.

PARTICIPACION DE VAN GOGH EN EL SALON DE LOS XX. Van Gogh fue invitado en el mes de Julio de 1889, a través de su hermano Theo, a participar en el próximo Salón de Los XX a celebrar en Febrero de 1890. Era la primera vez que era invitado a participar en un evento de tal categoría, lo que supuso una oportunidad para Van Gogh, y, al mismo tiempo, un reconocimiento de su labor y de su obra.

Vincent seleccionó con extremada atención los siguientes cuadros:

- Jarrón con Doce Girasoles (F 456; JH 1561)

- Jarrón con Catorce Girasoles (F 454; JH 1562)

- Arboles con Hiedra (F 1522; JH 1693)

- Huerto en Flor con Alamos en Primer Plano (F 516; JH 1685)

- El Viñedo Rojo (F 495; JH 1626)

- Campo Cercado con Trigo Tierno al Amanecer (F 737; JH 862)

En una carta al secretario de Los XX, Vincent le comunica: "Quizá me he excedido de los cuatro metros cuadrados que se me han asignado, pero confío en que Vd. encontrará alguna forma de colocarlos, porque creo que la exposición de estos seis cuadros juntos creará un cierto efecto de color".

Las obras presentadas por Vincent van Gogh causaron expectación, especialmente los cuadros de Girasoles. En esta exposición fue adquirido el supuesto único cuadro vendido por Van Gogh, El Viñedo Rojo. Su adquirente fue Anna Boch, hermana de Eugéne, amigo del pintor, a quien éste inmortalizó en un cuadro (F 462; JH 1574).

El éxito de Van Gogh en esta exposición nos lleva a pensar que comenzaba a ser conocido y apreciado, no sólo en los medios parisinos donde era ya popular, sino fuera de Francia. Su vida artística, dominada por su vehemencia, es una carrera meteórica, parece como si tuviese prisa por triunfar, en cuyo caso, su suicidio (Julio de 1890) podría interpretarse como un atajo para llegar antes.

En tan solo diez años realizó una obra gigantesca. Si de esos diez años se tiene en cuenta que los primeros cinco años se pueden considerar de formación, su capacidad de trabajo resulta asombrosa. En solo cinco años llegó a un nivel al que muchos otros artistas les había costado toda una vida llegar. Si Van Gogh no se hubiese suicidado, es posible que en diez años más hubiese recogido el fruto de sus esfuerzos, pero Vincent, el apasionado de la vida, no tuvo paciencia, tenía prisas por llegar.