CUADROS DE TEMAS RELIGIOSOS
(II)
RELIGION Y PINTURA
La personalidad de Van Gogh es tan rica y arrolladora que cualquier persona que profundice en su vida y en su obra puede sentirse, en mayor o menor medida, identificada con el artista. Este encantamiento afecta también a gran parte de sus comentaristas que a veces se obsesionan analizando las más mínimas de sus actuaciones, tratando de hallar significados ocultos en hechos de por sí muy simples.
Por otra parte, es frecuente que los comentaristas, de forma sucesiva, copien frases e ideas de comentaristas anteriores, y estas copias en cadena, retocadas en cada paso, pueden terminar en conclusiones e interpretaciones que nada tienen que ver con la idea o frase original.
Sus cuadros religiosos constituyen uno de estos ejemplos. Muchos comentaristas ven un acto negativo de fe en el rechazo del artista a pintar cuadros de temas religiosos, pero no hay que olvidar que un cuadro de tema bíblico requiere un esfuerzo de imaginación que Van Gogh no parecía estar dispuesto a realizar.
En términos generales, no existe relación entre la fe de un artista y su obra de temática religiosa. Caravaggio, autor de numerosos y bellísimos cuadros, no puede ser calificado como hombre piadoso. Lo mismo podría decirse de Gauguin. Ello no es óbice para que la fe y la temática de un cuadro coincidan en circunstancias muy especiales del artista, como es el caso de Van Gogh.
La antítesis de la pintura realista de Van Gogh es el simbolismo o abstracción de Gauguin, quien escribió a Shüfenacker en 1888: " El arte es una abstracción. Sáquela de la naturaleza soñando ante ella y piense más en la creación que resultará, es el único medio de ascender hacia Dios, haciendo como nuestro Divino Maestro, crear."
Baudelaire en 1859 sostenía que la pintura religiosa no requería un artista dotado de fe, sino de imaginación: "Siendo la religión la más alta ficción del espíritu humano... reclama de los que se entregan a la expansión de sus actos y sus sentimientos la imaginación más vigorosa."
Van Gogh pintó muy pocos cuadros de temas piadosos, tan pocos que pueden contarse con los dedos de una mano:
- Naturaleza muerta con Biblia.
- La Piedad (Dos versiones)
Angel
La Resurrección de Lázaro
El Buen Samaritano
Claramente se deduce que no era un tema que le llamara la atención. Las razones podrían ser:
La religión protestante a la que él pertenecía, para evitar caer en la idolatría a sus fieles, prohibía hacer reproducciones de la divinidad, y aunque esta circunstancia puede que no sea el motivo principal de su negativa, las ideas iconoclastas recibidas desde su infancia pudieron influir de alguna manera en que el artista no se interesase demasiado por estos temas.
Van Gogh es un pintor autodidacta cuyo aprendizaje se inicia tardíamente copiando de láminas de dibujo y pasando más tarde a copiar del natural. No se encontraba capacitado, o no tenía facultades o no le dio tiempo en su corta vida profesional a pintar de memoria.
En Arlés, bajo la influencia de Gauguin, pintó algún cuadro imaginado (F 496; JH 1630) y en Saint Rémy pintó de memoria "Recuerdos del Norte" (F673; JH 1919), pero su obra de temas profanos inspirada en su imaginación es escasa. Estimulado por Bernard, deseaba pintar cuadros nocturnos, pero no pudo realizarlos hasta que encontró la forma de copiar del natural. Finalmente intentó en dos ocasiones pintar "Jesús en el Huerto de los Olivos" y en ambas ocasiones tuvo que desistir porque "... no hay que hacer figuras de esta importancia sin modelo", (cartas 505 y 540, de Julio y Septiembre de 1888)
Según Van Gogh, Gauguin, Bernard y él, intentaban hacer una pintura más "Consoladora", pero esta intención tenía enfoques y raíces muy diferentes entre Van Gogh y sus amigos.
Bernard y Gauguin se habían establecido en Pont Aven, un pequeño pueblo bretón. Para algunos, sus habitantes constituían una sociedad católica, con una fe profunda y sencilla, y en la que Dios estaba presente en cada acto de sus vidas. Mantenían una pureza bucólica incorrupta ante la sociedad moderna. Para otros, esta región pobre y atrasada representaba el baluarte del primitivismo y la superstición, donde el clero mantenía su actitud reaccionaria y dominante.
Este estilo de vida humilde e ingenua basada en su fe atraía, e impactaba, a algunos jóvenes pintores que pasaron por Pont Aven como Bernard. Tanto éste como Gauguin quisieron transmitir a través de su pintura esa paz, ese consuelo, que existía en el ambiente. Gauguin diría de su "Cristo Verde": "He buscado en este cuadro que todo respire creencia, sufrimiento pasivo, estilo religioso primitivo." (Gráfico 1)
Tanto uno como otro, para el desarrollo de su obra en Pont Aven se apoyaron en dos elementos con fundamentos medievales:
El cloisonnismo, es decir la técnica pictórica que consiste en poner en contraste violento zonas de colores puros separadas con líneas muy acusadas causando un efecto que recuerda las vidrieras medievales, (Gráfico 2) y
Una iconografía tomada de las esculturas primitivas de los calvarios bretones.(Gráfico 3)
Con ello pretendían provocar sentimientos religiosos enfrentado el frenético mundo moderno con un pasado más natural e inocente.
Por el contrario, la necesidad de hacer una pintura consoladora surge en Van Gogh como consecuencia de su propia situación de sufrimiento que ha padecido a lo largo de su vida, pero que ahora precisamente se acentúa por su enfermedad y su reclusión en un hospital psiquiátrico. El consuelo de la pintura va dirigido más al propio Vincent, a ahuyentar sus propias angustias, que a despertar sentimientos piadosos en un eventual espectador.
Estima que para transmitir paz o consuelo (Carta B 21), no es necesario recurrir al tema del Sermón de la Montaña, y que para representar angustia no es necesario apelar a la Oración del Huerto. Consideraba que se podría utilizar otra iconografía, y pone como ejemplo sus cuadros "Jardín del Hospital de Saint-Paul" (F660; JH 1849) en el que pretende expresar los sentimientos de angustia de sus compañeros de infortunio, y "Campo con Trigo Verde a la Salida del Sol" (F737; JH 1862) con el que desea comunicar calma y una gran paz.
Vincent no se opone de forma sistemática e intransigente a la pintura de tema religioso, prueba de ello son sus alabanzas a los cuadros de Rembrandt y Van Dyck, tan solo se opone, al igual que Theo, a la iconografía usada por Bernard y Gauguin. En la carta 615 expone a su hermano:
"...he escrito a Bernard y Gauguin que considero que nuestro deber es pensar, no soñar, por eso, cuando vi sus cuadros me quede atónito de cómo podían haberse permitido hacer eso. Porque Bernard me ha enviado fotografías de sus cuadros. El problema es que son una especie de sueño o pesadilla- que son bastante eruditas- tu puedes ver que es alguien que sigue a los primitivos- pero francamente los Pre-Raphaelitas ingleses lo hacían mucho mejor, y luego de nuevo Puvis y Delacroix mucho mejor que los Pre-Raphaelitas.
No es que me deje frío, sino que me produce un penoso sentimiento de colapso en vez de progreso."
A Bernard le hace una crítica muy ácida, calificando de pesadilla a su cuadro "Cristo en el Huerto de los Olivos", y de atroz al cuadro "Cristo llevando la Cruz". La crítica es tan dura que si hubiese sido Bernard quien se la hubiese dirigido a Vincent, éste, con toda seguridad, hubiera roto las relaciones con su amigo.
Por tanto, los motivos por los que Van Gogh no realiza más cuadros de temas religiosos, no tienen ninguna relación con sus creencias, sino con criterios de ética y técnicas pictóricas. No obstante, y a pesar de sus duros reproches a Bernard, produce unos cuadros religiosos, con una iconografía tradicional, cuando las circunstancias dramáticas de su vida le obligan a buscar desesperadamente una evasión, un consuelo.
Cesare Pavese, escritor italiano que se suicidó en un hotel de Turín en 1950, anotó en su diario "El oficio de vivir": "La mayor de las desventuras es la soledad y por eso es tan verdadero que el consuelo supremo, la religión, consiste en encontrar una compañía que no engaña, Dios. La plegaria es un desahogo, como con un amigo. Todo el problema de la vida es, por tanto, este: cómo romper la propia soledad, cómo comunicarse con los otros".
Los cuadros religiosos de Van Gogh, pintados todos, excepto "Naturaleza Muerta con Biblia" (F117; JH946), durante su internamiento en el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy, son una oración a su Dios de siempre. Enfermo, solo, asustado y desmoralizado, el hombre pierde su prepotencia, pierde su fe en la ciencia, en la Medicina, y se hace niño buscando protección y ayuda en el Dios de su infancia, en el Dios de sus mayores, al que eleva una plegaria en el mejor de los idiomas que conoce: su pintura.
Se ha querido ver también una manifiesta impugnación de su fe en el rechazo a internarse en otro hospital atendido por monjas. Nada mas lejos de la realidad. Van Gogh rechaza a las religiosas porque asocia psicológicamente su enfermedad con los edificios monacales donde estuvo ingresado, tanto en Arlés como en Saint-Rémy, así como con las monjas que le atendieron en ambos hospitales, de las que habla positivamente e incluso las excusa: "Ellas tienen sus propias convicciones y sus propias formas de hacer bien a otros, y a veces va bien" (Carta 607). Por tanto el rechazo a ser atendido por religiosas tampoco tiene relación con problemas de fe.
Utrera (Sevilla) España, Noviembre 1999
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