CUADROS DE TEMAS RELIGIOSOS
(I)
LA RELIGIOSIDAD DE VAN GOGH
INTRODUCCION. Los sentimientos religiosos constituyen una experiencia de carácter transcendental, muy íntima y privada, que normalmente no suele manifestarse salvo a personas con las que se tiene una gran confianza o en círculos de correligionarios.
La espiritualidad de Van Gogh se manifiesta explícita e implícitamente en su correspondencia privada con su hermano Theo fundamentalmente, si bien se encuentran algunas referencias en la correspondencia con su hermana Wil.
En varios de sus cuadros ha surgido la polémica sobre su religiosidad. Starry Night, Noche Estrellada, es un ejemplo paradigmático de esta situación. Las opiniones son muy contradictorias, tal vez debido a esa capacidad de Vincent de suscitar polémica aún después de muerto. La razón es sencilla, esa manera suya de llegar al espectador a través de su obra, esa transmisión de sus sentimientos a sus cuadros, despierta, a su vez, los sentimientos del espectador. No es de extrañar pues que la espiritualidad del artista no sea analizada por sus comentaristas de forma objetiva, sino desde una óptica pasional y subjetiva.
Una sospecha que ronda mi mente, sin ningún fundamento demostrable por supuesto, es que el posicionamiento de los comentaristas está en función de sus propias experiencias religiosas, y podría estimarse que aquellas personas que carecen de esa formación y experiencia, sean del credo que sean, están menos cualificadas para entender el comportamiento de alguien que, como Van Gogh, ha tenido una sólida formación y unas profundas vivencias.
Con objeto de intentar ser lo más objetivo posible, se realiza la aproximación al tema siguiendo los pasos que a continuación se exponen:
Circunstancias positivas y negativas en la formación y vivencia religiosas de Van Gogh.
Referencias epistolares sobre la religión.
Evolución de su pensamiento ético y moral. Influencias. Positivismo.
Creencias cristianas básicas.
Comentarios e interpretación de sus cuadros de temas religiosos.
CIRCUNSTANCIAS POSITIVAS Y NEGATIVAS EN LA FORMACIÓN Y VIVENCIA RELIGIOSAS DE VAN GOGH.
En el ámbito de su formación religiosa, Van Gogh tiene las siguientes experiencias positivas:
Educarse desde la infancia en el seno de una familia creyente en la que, además, el cabeza de familia es pastor de la comunidad reformada holandesa.
Estudio profundo de la Biblia durante su juventud, llegando a iniciar su traducción a diversos idiomas.
Ampliación de estudios religiosos para ingresar en la universidad para seguir la carrera eclesiástica. Al no conseguir este objetivo, prosigue sus estudios para ser predicador.
En el ámbito de sus vivencias el punto álgido de su religiosidad lo vive durante su período de predicador en Borinage. Su entrega a los mineros, atendiendo a enfermos, dando clases a niños, compartiendo todo lo que tenía, hasta sus propias ropas, llegando a dormir en el suelo en una choza abandonada, constituye el ejemplo máximo de su amor al prójimo.
Podría afirmarse que una persona que tiene esta formación y experiencias positivas hasta los 27 años, puede llevar posteriormente una conducta religiosa laxa, pero es muy difícil que pierda completamente su fe.
Como experiencias negativas pueden citarse:
El enfrentamiento con su padre, negándose a asistir a sus actos religiosos con el consiguiente escándalo que suponía este hecho en una localidad pequeña.
El enfrentamiento con su tío Stricker, padre de Kee, a causa de su insistencia en mantener unas relaciones con su prima.
El enfrentamiento con el sacerdote católico de Nuenen que le acusa, injustamente, del embarazo de una modelo, contribuyendo con su postura a que Van Gogh abandone esta localidad.
El enfrentamiento en Borinage con los representantes de la Iglesia Reformada de Holanda que consideran su entrega generosa a los mineros, como una excentricidad, y su aspecto físico como poco decoroso para un predicador.
Su insistencia, tras las recaídas de su enfermedad en Saint Rémy, de no ser ingresado de nuevo en ningún establecimiento regido por monjas.
Se deduce de lo anterior que sus primeros problemas llamados religiosos, no están relacionados con su fe ni sus creencias, sino con la falta de entendimiento con el, digamos, clero o representantes oficiales de la iglesia.
REFERENCIAS EPISTOLARES SOBRE LA RELIGION. Se ha hecho una amplia revisión de sus cartas que, sin llegar a ser exhaustiva, proporciona suficientes datos para conocer sus creencias.
Carta 490, Mayo de 1888, Arlés. Van Gogh tiene 35 años, dos años antes de su muerte: " Creo cada vez más que no hay que juzgar a Dios por este mundo, porque es un estudio suyo que le salió mal. Qué quieres, en los estudios fracasados, cuando se ama al artista, uno no encuentra tanto que criticar, y se calla. Pero se tiene el derecho de exigir algo mejor.
Carta 540, Junio de 1888. "Amar con voluntad e inteligencia conduce a Dios, lleva a la fe inquebrantable."
"El arte mismo, la historia son expresiones de amor... trata pues de comprender las obras de los grandes artistas, los maestros serios y verás a Dios allí dentro."
"Cristo es el artista más grande. Desdeñando el mármol, la arcilla y el color, trabajaba con la carne viva... este artista inaudito no hacía estatuas, cuadros ni libros: hacía hombre vivos inmortales."
Carta W8 , Agosto de 1888. Hablándole a su hermana de los poemas de Whitman (V. artículo sobre Starry Night) comenta: "...es algo que después de todo solamente puede llamarse Dios y eternidad... al principio te hace sonreír, todo es tan cándido y puro, pero por esa misma razón te hace pensar."
Carta 543, de Septiembre de 1888. "...me prueba esto de trabajar fuerte, lo que no impide que tenga una terrible necesidad de -¿diré la palabra?- de religión- entonces, por la noche, me voy afuera para pintar las estrellas."
" ¡Dios mío! No tenemos que quejarnos tanto... cuando asistimos a la existencia de parecidos especímenes de pobres mortales, que ni siquiera creen mucho en el mismo cielo."
Es evidente que Van Gogh mantiene, a pesar de sus experiencias religiosas negativas, su fe en Dios y en Cristo, en quien, al reconocer que hace "hombres vivos e inmortales", está admitiendo su divinidad.
Además de estas citas, existen infinidad de expresiones religiosas entre 1881 y 1888 que, a modo de latiguillos (por Dios, gracias a Dios, válgame Dios), usa con frecuencia. Una persona atea no utilizaría estas expresiones, y Van Gogh, si fuese un renegado, especialmente evitaría usarlas.
EVOLUCION DE SU PENSAMIENTO ETICO Y MORAL. Cabría pensar que después de su amarga experiencia en Borinage con los representantes de la Iglesia Reformada de Holanda, tras la que Van Gogh abandonó su actividad como predicador, pudiese haber perdido su fe. No es así, como se ha visto en el punto anterior, pero en lo sucesivo su comportamiento religioso sufriría grandes cambios.
Estos cambios son motivados por la combinación de las frustraciones sufridas con la iglesia como institución, y el efecto que causaron en él las lecturas de trasfondo social de autores inconformistas. Es sabido la influencia que ejercía sobre él la palabra impresa, y sobretodo las de autores tales como Michelet, Zola, Goncourt, Dickens, etc.
El resultado es que Vincent rompe, o prescinde, no de su fe ni de sus creencias, sino de la iglesia oficial, de sus representantes, a los que ve como opresores por sus puritanas exigencias llenas de hipocresía:
En la carta 411, de Junio de 1885, refiriéndose al desmantelamiento de la iglesia de un cementerio, escribe: "... y esta ruina me dice cómo una fe, una religión, se ha carcomido, aunque haya tenido fundamentos sólidos. Las religiones pasan, Dios queda, ha dicho Victor Hugo."
Carta W4, de Junio de 1888. "...cuando dentro de diez o quince años el edificio de la religión nacional se colapse, y los socialistas estén todavía aquí, y estarán por largo tiempo, aunque ni tu ni yo seamos muy adictos a uno u otro credo..."
Carta 542, de Septiembre de 1888. Comentando el libro titulado "Mi Religión" de Tolstoi, escribe: " Creo que su religión no debe ser cruel y aumentar nuestros sufrimientos, sino que, por el contrario, debe ser muy consoladora y debe inspirar la serenidad, la actividad, el valor de vivir y una porción de cosas."
"...renacerá una nueva religión... que tendrá el mismo efecto de consolar, de hacer la vida posible, que antes tenía la religión cristiana."
En estas cartas Van Gogh hace una crítica, no a la doctrina de Cristo que es inmutable, sino a la religión que muestra la iglesia oficial, a la deformación de la doctrina de Cristo que hacen sus representantes. Por esta razón Van Gogh prescinde de la institución de su iglesia, al igual que antes había prescindido del academicismo, pero, no obstante. mantiene intacta la fe en el Arte y mantiene intacta su fe en Dios.
El cristianismo propone como norma de vida una ética que podría definirse como "humanismo cristiano", pero las obras de los autores citados que influyeron en Van Gogh, corresponden a un humanismo laico cuyas raíces se encuentran en el humanismo cristiano del mundo occidental, por eso es muy fácil para Van Gogh asimilar esas ideas. ¿Dónde está la diferencia?
La respuesta puede estar en la carta a Theo 379, de Septiembre de 1884. Al hacer un comentario sobre el cuadro "La Barricada" de Delacroix, traslada la situación al momento actual. El cuadro representa un golpe de estado, en el que se enfrentan, como prototipos, Guizot, ministro de Luis Felipe de un lado, y Michelet y Quinet con los estudiantes de otro:
"Guizot y Luis Felipe, ¿eran malos o tiránicos? No precisamente, eran individuos, según creo, como papá, el abuelo o el viejo Goupil. Personas, en fin, de aspecto extremadamente venerables, grave y serias, pero cuando se las observa un poco más atentamente y de cerca, tienen algo de lúgubres, de inexpresivos, de caducos...
Tomemos ahora a Quinet, o a Michelet, o más tarde, a Victor Hugo ¿La diferencia entre ellos y sus adversarios es tan formidable? Si, pero observando las cosas superficialmente, nadie lo hubiera dicho; yo mismo, en un tiempo, encontré igualmente buenos un libro de Guizet y un libro de Michelet. Pero, en mi caso, a medida que he ido profundizando, he visto la diferencia, y lo que es más, la contradicción.
En una palabra, he visto que el uno da vueltas en un círculo, pierde pie, y que, por el contrario, del otro queda algo infinito.
...Pero yo estoy seguro de que si tu y yo hubiéramos vivido entonces, tu te hubieras hallado al lado de Guizet y yo del lado de Michelet... tu delante (de la barricada), soldado del gobierno, y yo detrás, revolucionario o rebelde."
En esencia Van Gogh divide a la sociedad en dos grupos. En uno de ellos están las personas aparentemente venerables, entre las que se encuentran, entre otros, su padre, su hermano, y los pastores de las iglesias, que, ante las injusticias sociales vuelven la cara para otro lado para no verlas. En el otro grupo se encuentran aquellos escritores que, a través de sus obras, denuncian la injusticia. Ante la disyuntiva Van Gogh milita en este último bando, en el de los comprometidos.
Quizás Van Gogh sea injusto al comparar el comportamiento ético y moral de personas reales en circunstancias reales, con el comportamiento ideal de los personajes de ficción de las obras literarias.
POSITIVISMO. Van Gogh necesita llenar el vacío que el rechazo de la iglesia oficial origina en sus relaciones con Dios. Tiene que crear un nuevo sistema de relación, que es llenado por el positivismo de la época, pero un positivismo, como siempre, "vangoghiano". Tras el fetichismo primitivo y el politeísmo, el Dios de la teología monoteísta da paso, según esta teoría filosófica, a una etapa denominada "Metafísica", en la cual las fuerzas sobrenaturales son sustituidas por causas inmanentes a la naturaleza, pero aún ocultas y misteriosas, que deberán ser estudiadas y descubiertas por las ciencias.
Su imagen de Dios evoluciona, y sobre la idea de siempre, ahora dormida en el fondo de su alma, de un Dios personal, cercano, ajustado al tamaño y la naturaleza del hombre, surge la idea del Dios Universal en el que se integra todo, hombre, naturaleza y cosmos, en un panteísmo cristiano. Su idea de Dios se aproxima a la de Einstein quien creía en un Dios panteísta que se revela en la armonía de todo lo que existe.
Van Gogh deposita tal confianza en la ciencia que le hace decir que algún día ésta demostrará la veracidad de las palabras de Cristo. En este sentido se adelanta varias décadas al sacerdote jesuita Teilhard de Chardin (1881-1955), paleontólogo, teólogo y filósofo, que elaboró una teoría para tratar de hacer concordar ciencia y religión. Parte de su pensamiento ha sido recogido en una obra titulada "Ciencia y Cristo". ( Teilhard fue trasladado, mas bien desterrado, a China a causa de sus ideas demasiado avanzadas para la iglesia oficial. En China descubrió uno de los eslabones perdidos de la evolución del hombre, el sinanthropus).
La mezcla de ideas cristianas y positivistas deben crear en la mente de Van Gogh situaciones confusas, difíciles de aclarar. Hay una serie de frases relacionadas con la vida después de la muerte que parecen reflejar esta situación:
Carta 506, Julio de 1888. " Los pintores, estando muertos y enterrados, hablan a la generación siguiente... por sus obras. ¿Es eso todo, o hay todavía algo más?"
"Si tomamos el tren para irnos a Tarascón o Ruán, tomamos la muerte para irnos a una estrella".
"No me parece imposible que el cólera,... la tisis o el cáncer, sean medios de locomoción celeste, como los barcos a vapor, los ómnibus y el ferrocarril, lo son terrestre.
Morir tranquilamente de vejez sería ir a pie."
Carta 511. Julio de 1888. "Acabo de leer "El año terrible" de Victor Hugo. Allí hay esperanza, pero... esta esperanza está en las estrellas... y lo creo de buen grado.
Pero no olvidemos que la tierra es igualmente un planeta, por consiguiente una estrella o globo terrestre. ¡!! Y si todas esas estrellas fueran parecidas!!! No sería muy alegre; en fin, habría que volver a empezar. Desde luego que para el arte... no estaría mal más de una vida".
"Tiene su encanto creer a los griegos, a los viejos maestros holandeses y japoneses, continuando en otros globos su escuela gloriosa".
Al margen del positivismo, conviene retener el significado de la palabra "consoladora," así como el contexto en que aparece en la carta 542, antes citada, pues esta expresión vuelve a aparecer en sus diálogos con Bernard y Gauguin referente a una nueva orientación de la pintura y que Van Gogh advierte a Theo en la carta 595. (V. artículo Starry Night)
CREENCIAS CRISTIANAS BÁSICAS. Como un resumen de lo anteriormente expuesto, hay documentación suficiente para poder decir que Van Gogh creía en un Dios Creador, creía en Cristo y creía en la existencia de otra vida después de la muerte.
Como cristiano protestante no tiene por qué creer en el dogma católico de la virginidad de María; no obstante, Vincent se refiere a ella (Carta 443 de Enero de 1886) con un gran respeto, pues pudiéndola haber llamado María, o la madre de Cristo, la llama Santa Virgen.
Los dos grandes compromisos de un cristiano son el amor a Dios y el amor al prójimo, e incluso éste tiene una cierta prioridad (Nadie puede amar a Dios, a quien no ve, si antes no ama a su prójimo a quien ve).
Van Gogh demostró amar al prójimo con hechos como su actuación en Borinage, su comportamiento con Sien, y su defensa a ultranza contra todos los prejuicios de la "buena" sociedad, en su trato afable con los más necesitados y con las clases modestas, e incluso con hechos como el citado por Gauguin, de que estando muy necesitado de dinero, vendió un cuadro por una cantidad insignificante, y, al encontrarse con una mendiga, le dio todo el dinero que había recibido.
RESUMEN. Como conclusión podría decirse que Van Gogh es un hombre creyente moderno. A partir de una religiosidad tradicional, su encuentro con el imparable avance de las ciencias, le hace replantearse sus creencias, no para eliminar las ideas fundamentales, sino para adaptarlas a una mentalidad positivista, y le hace replantearse su relación con ese Ser Superior, prescindiendo de la iglesia oficial, a la que considera poco cualificada e incluso perniciosa.
En próximos artículos se estudiarán los cuadros religiosos, así como se comentarán las críticas realizadas por distintos autores.
Utrera (Sevilla) España, Octubre 1999
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