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Evolución Artística de Van Gogh:
(IV) Etapa en París

 

PENSAMIENTO ARTÍSTICO

"París es París y solo hay un París"

 

A finales de Febrero de 1986 Vincent se traslada a París sin avisar previamente a su hermano. Llega a la gran ciudad con una sólida personalidad artística y con las ideas muy claras de lo que quiere.

Tras su paso por Amberes está impregnado de las teorías de Delacroix y entusiasmado con los colores de Rubens y Hals, por lo que tiene necesidad urgente de dar satisfacción a las inquietudes artísticas que le invaden: perfeccionarse profesionalmente, conocer directamente las tendencias artísticas del momento y, por qué no, tratar de superar las causas que originaban el fracaso comercial de su obra.

Encuentra una ciudad bulliciosa, banal y sofisticada, donde la gente aprecia lo efímero, lo superficial y momentáneo. Es el mundo de la bohemia, de los restaurantes, de los cafés, de los cabarets, de los comerciantes, de la moda.

Para mejorar su formación asiste, con gran interés, al taller de Cormon, pintor prestigioso pero que imparte una enseñanza muy clásica, no fácilmente aceptada por la nueva promoción de pintores, y aunque se le reconoce a Vincent ciertas cualidades, termina abandonando el taller tras tres o cuatro meses de trabajo. Una vez más surge su rebeldía al academicismo.

Su primer encuentro con el Impresionismo le causó un efecto muy negativo: "Uno ha oído hablar de los Impresionistas y uno espera tanto de ellos... que al ver sus obras por primera vez, se siente terriblemente decepcionado, y piensa todo lo peor, que son una chapuza, que son feas, que están mal pintadas, mal dibujadas, y que cromáticamente son malas", aunque posteriormente diría:

"Es tan necesario en este momento pasar por el Impresionismo, como en otros tiempos lo fue pasar por un estudio de París."

Al llegar Van Gogh, el Impresionismo ya se encontraba fragmentado en diversas corrientes pero no se deja arrastrar por ellas, ya que sus convicciones están fuertemente enraizadas socialmente en Zola, en el color en Delacroix y en lo temático en Millet; no obstante, abierto a todas las nuevas técnicas pictóricas, comprende que debe actualizar su paleta.

La época parisina de Van Gogh, aún siendo muy fecunda desde el punto de vista de su producción, más de 200 cuadros, constituye una etapa muy importante en su formación. Si en Holanda se hace tonalista, en París se hace colorista.

Tuvo ocasión de conocer y relacionarse con pintores como Bernard, Guillomin, Toulouse Lautrec, Signac, Gauguin, Pissarro, etc., algunos de los cuales llegaron a convertirse en genios de la pintura universal. Conoció sus obras y pudo autoevaluarse con relación a ellos.

Llama la atención que Vincent, el pintor autodidacta, artísticamente aislado, porque casi siempre había vivido en pueblos, y que por tanto podría haber llegado a la capital del arte con ciertos complejos, en menos de cuatro meses después de su llegada a París, se encontraba no solo perfectamente ambientado, sino reconocido y aceptado por los demás pintores. Respecto a esto Theo escribió a su madre en Junio de 1886:

"No podrías reconocer a Vincent de lo mucho que ha cambiado, y esto impresiona a los demás incluso más que a mí. El médico dice que ahora está completamente recuperado. Hace progresos formidables en su trabajo, y la prueba es que empieza a tener éxito. Aún no ha vendido ningún cuadro, pero intercambia sus cuadros con los demás. De esta manera hemos conseguido tener una bonita colección que, naturalmente, tiene un cierto valor."

En cuanto a la comercialización de sus cuadros, hacia otoño de 1986 escribió: " La venta va lenta. Los grandes marchantes venden cuadros de Millet, Delacroix, Daubigny, Dupré, y otros maestros, a precios exorbitantes, pero no hacen nada por los artistas jóvenes. Los marchantes de segunda categoría venden, por el contrario, a precios muy bajos, y si pides más, no consigues nada. Sin embargo tengo fe en el color. A la larga la gente lo pagará. Pero por el presente, las cosas son terriblemente duras."

Vincent intenta darse a conocer exponiendo en la propia casa de Theo, en la tienda de Pére Tanguy, en el café Tambourin, en el Restaurant du Chalet, y en el teatro Libre de París. En la primavera de 1888 Theo consiguió que se expusieran algunas obras de Vincent en el Salon des Independantes, con lo que su obra comenzó a ser conocida por un público más amplio.

 

INFLUENCIAS

Cuando Van Gogh llega a París el Impresionismo había decaído, estando en auge el Neoimpresionismo y el Arte Japonés.

IMPRESIONISMO. Se inició con un grupo de pintores con inquietudes innovadoras y deseos de romper con las estrictas normas del academicismo oficial. No poseen un estilo unificado, sino solo son unos artistas con una reacción parecida ante los problemas del arte y que están unidos en un frente común ante la hostilidad de la sociedad. De aquí las grandes diferencias entre sus componentes.

Tenían como criterio fundamental captar los efectos de la luz sobre los objetos, cambiantes a lo largo del día, lo que les lleva a pintar al aire libre en una pintura rápida para captar el momento, y esto, a su vez, origina una modificación en los temas representados como paisajes, calles o personas comunes, frente a las anteriores representaciones mitológicas, históricas o de personajes ilustres.

La captación de la luz no es nada nuevo en la historia de la pintura. Vermeer fue capaz de hacerlo en el siglo XVII, Velázquez en el XVIII y Goya en el XIX. Constable y Turner pueden considerarse como precursores del Impresionismo en Inglaterra, mientras que en Francia lo es la Escuela de Barbizón

No existen contornos definidos ya que la luz influye en su difuminación por la mutua influencia de los colores del objeto con los de los otros objetos que le rodean. Se emplean fundamentalmente los colores primarios y sus complementarios, tonos claros, aplicándose pinceladas mas sueltas, con abundante pasta pictórica y colores yuxtapuestos que, al ser vistos a cierta distancia, se mezclan en la retina del espectador y consiguen dar un mayor brillo y luminosidad a los cuadros.

Los cuadros, vistos de cerca, dan la impresión de no estar terminados.

Pertenecen a este movimiento Monet, Pissarro, Degas, Manet, Renoir y Sysley entre otros. La primera exposición de los impresionistas se realizó en 1874, es decir, doce años antes de que llegase Van Gogh a París.

 NEOIMPRESIONISMO. Podría definirse como un movimiento surgido a partir del Impresionismo, en el que el procedimiento de captación de la luz se realiza de una forma científica en lugar de la forma instintiva de sus predecesores. Por ello se trata más de una técnica que de un estilo. Su impulsor es Georges Seurat (1859-1891) que trata de hacer un estilo propio en el que se una Arte y Ciencia.

Seurat estudió detenidamente las obras de Chevreul, Rood y Blanc profundizando en los contrastes de colores y en la teoría de que el color podría ser controlado por leyes fijas y podría ser enseñado como la música.

Seurat modifica la pincelada de los impresionistas transformándolas en puntos muy pequeños de colores, logrando así que la mezcla óptica proporcione mayor luminosidad en la retina.

Influyó en él también un científico, Charles Henry, que realizó estudios sobre la estética de las formas y los colores, llegando a conclusiones como que determinadas direcciones ascendentes o descendentes, causaban placer o dolor, y que los colores cálidos (rojo y amarillo) son agradables y dinamizadores, mientras los colores fríos (azul, violeta y verde) son, por el contrario, inhibidores.

Un seguidor de Seurat fue Paul Signac (1863-1935) quien, aunque no fue el creador del Divisionismo (no le gustaba la expresión Puntillismo)si fue el que mejor lo expresó tanto en sus cuadros como en su obra "De Delacroix al Neoimpresionismo", si bien, aunque adoptó la línea científica, no fue tan purista como Seurat.

Pissarro también fue influido por esta corriente artística.

 EL ARTE JAPONÉS. En 1854 Japón, tras siglos de hermetismo, abre sus puertas al mundo exterior. Ya en 1960, muchos europeos coleccionaban estampas japonesas.

La Exposición Universal de1867, dedicó una sala al arte japonés, con tanto éxito, que lo japonés se puso en boga, no solo en el mundo del arte, sino también en la decoración, en la moda, y hasta la literatura y la música.

La pintura tenía una temática parecida a la de los Impresionistas, es decir, escenas de la vida diaria, como jardines, teatros, árboles en flor, paseos en barca...

Al contrario que los Impresionistas, que rechazaban el color negro, la pintura japonesa lo utiliza, así como colores planos, sin sombras y con contornos definidos. Desde muy antiguo conocían los efectos de los contrastes de colores. Carecían de perspectiva lineal, consiguiendo el efecto de profundidad con cambios acentuados de tamaño.

 PRÉSTAMOS DE VAN GOGH. Van Gogh, que conocía bien la teoría de los colores de Delacroix, y que tímidamente había empezado a aclarar su paleta en Antwerp, al ver el colorido de los Impresionistas, se reafirma en sus ideas y se lanza a ponerlas en práctica. El Impresionismo le dio el estímulo que necesitaba para ampliar su gama de colores.

De los Neoimpresionistas, que partían también de las ideas de Delacroix, toma el Divisionismo, pero a su manera, sustituyendo los puntos de colores por pequeñas pinceladas lineales que arquea o tuerce dándoles forma según su criterio.

Finalmente, del arte japonés adopta los colores planos, se despreocupa de la perspectiva geométrica, característica ésta que se acopla muy bien a su estilo personal ya que nunca la dominó, y se reafirma en el uso del color negro del que nunca había renegado.

Vincent estuvo muy influido por el pintor japonés Hirosige, aunque no adoptó los colores suaves de éste, sino que empleaba fuertes contrastes, interpretando el arte japonés, como tantas otras cosas, a su manera.

La afición de Vincent por la pintura japonesa comenzó en Antwerp, donde tenía decorada su habitación con estampas, y esta afición se intensificó durante su estancia en París. Disponía de plumas de caña para hacer los dibujos de la escritura japonesa que, naturalmente, eran simples remedos, ya que él desconocía la caligrafía de ese país.

Los hermanos Van Gogh llegaron a tener una amplia colección de xilografías japonesas.

Van Gogh idealizó el mundo japonés, encontrando en ello una evasión de las costumbres y hábitos cínicos e inhumanos de la civilización occidental. Veía a Japón como un lugar idílico, donde existía la libertad, la inocencia salvaje (Gauguin buscaría lo mismo en las islas del Pacífico) y, en conjunto, como un mundo esperanzador.

El arte japonés vino a apoyar su independencia del arte académico oficial, y su inclinación hacia él fue tan fuerte que llegaría a pintarse en Arlés en un autorretrato como monje budista con rasgos faciales orientalizados (F 476; JH 1581).

Es difícil saber cuánto influyó en él el Impresionismo, el Neoimpresionismo y el Arte Japonés, ni qué influyó más, pero entre todos contribuyeron a perfeccionar su formación y a cambiar radicalmente su pintura. Rodeado de futuros grandes pintores, Van Gogh no copió a ninguno, sino que tomó de cada cual lo que creyó conveniente adaptándolo a su propio temperamento.

Van Gogh realiza un arte híbrido entre el colorido impresionista, la pincelada neoimpresionista y la técnica japonesa, distinto a todos ellos, y en el que asienta las bases de su propia personalidad artística, siendo un precedente de los expresionistas, sin llegar al arte abstracto, y de los "fauves", por el simbolismo que otorga a los colores y por su uso arbitrario.

De su etapa anterior le queda el realismo, su costumbre de pintar al aire libre, su amor por la naturaleza y por la gente humilde, así como su interés por las cosas aparentemente insignificantes.

 

TEMAS

 En París realiza numerosas naturalezas muertas de flores para habituarse a la nueva gama de colores, y al juego de los colores opuestos y complementarios. En realidad constituyen ejercicios prácticos para dominar la nueva técnica aprendida de Delacroix y observada en los Impresionistas. Una vez más se advierte en él el sentido de responsabilidad profesional que posee, si se valora el esfuerzo que realiza, no solo para ponerse al día de las corrientes artísticas, sino para seleccionar e incorporar todo lo nuevo adaptándolo a su personalidad artística.

"He pintado una serie de estudios de colores, simplemente flores: amapolas rojas, lirios azules y nomeolvides, rosas blancas y rosas, crisantemos amarillos, en los que he buscado los contrastes del azul con el naranja, del rojo con el verde, del amarillo con el violeta y para armonizar los fuertes contrastes, colores neutros o atenuados." (F252; JH 1140)

Siempre se ha dicho que el pintor que confecciona muchos autorretratos lo hace porque carece de dinero para pagar modelos. Vincent se pintó en la época parisina veintiocho veces, y, como Rembrandt, se representa en las diferentes personalidades en que quiso mostrarse, desde caballero (F295; JH 1211), hasta artista en pleno campo (F526; JH 1309). Sin embargo, contrastan estos hechos con las ideas que Theo tenía sobre el tema, y que expondría a su madre: "Ha hecho un par de retratos que han salido muy bien, pero en vano. Es una lástima que no tenga ganas de ganar un poco de dinero, si quisiera lo podría hacer muy bien; pero no se puede cambiar a un hombre" (F 263; JH 1202).

En París Van Gogh realizó una obra muy heterogénea, como jardines (F 223; JH 1111), paisajes urbanos (F 292; JH 1219) (F 227; JH 1170) (F 238; JH 1178) o desnudos de mujer (F 328; JH 1212), los únicos que realizó Van Gogh y en los que posó Agostina Segatori (F 370; JH 1208) la dueña de Le Tambourin, con quien tuvo unas cortas relaciones.

Su pasión por la pintura japonesa le hizo copiar "Puente Bajo la Lluvia" (F 372; JH 1297) y "Ciruelos en Flor" (F 371; JH 1296) de Hiroshige, y "La Cortesana" (F 373; JH 1298) de Kesaï Eisen, copias que, como es habitual en él, tienen su sello personal.

Es interesante ver cómo eleva el libro (F 360; JH 1349) a la categoría de icono- como las botas (F 332; JH 1234) - que, en determinados momentos, y dada su afición a la lectura, puede considerarse que presenta un cierto simbolismo.

No puede terminarse este apartado sin citar sus cuadros de girasoles (F 375; JH 1329), que, aunque darían fama al pintor en obras posteriores a esta época, es ahora cuando comienza a trabajar sobre ellos.

"El verano se halla por completo en la oposición de los azules y el tono anaranjado del trigo..."con esta frase se está despegando del Impresionismo dando a los colores un carácter simbólico y expresivo que va a caracterizar su obra posterior.

 

TECNICA

 En París Van Gogh cambia diametralmente su pintura abandonando los tonos oscuros de su época holandesa, y pasando a experimentar una gama mayor de colores y una mayor luminosidad, siendo su principal preocupación en este período el estudio del color.

Si se observa la evolución de un motivo, los autorretratos por ejemplo, se advierte fácilmente la diferencia entre (F208; JH1195) pintado a poco de llegar a París, y (F344; JH1353) pintado casi dos años después.

Comenzó a aumentar la intensidad de sus colores mediante la yuxtaposición de los complementarios. En tanto que Delacroix considera que el contraste debe ser suave, Van Gogh realiza contrastes violentos.

Estudia las estampas japonesas superando su colorido y luminosidad, desarrollando un gran sentido del color, al que usa, junto al empaste, de una forma arbitraria para transmitir mejor sus sentimientos al cuadro.

Para la perspectiva sigue los criterios de la pintura japonesa, es decir, falta de perspectiva lineal, y empleo de diferencias de escala para obtener profundidad.

En cuanto a la pincelada, aunque realiza algún cuadro (F341; JH1242) con pequeños puntos de color como Paul Signac, con quien pintaba en Asnières, mas que nada por conocer las nuevas posibilidades que ofrecía el puntillismo al color, pronto se separa de la rigidez y normativas de éste, para pasar a descubrir una nueva técnica divisionista, convirtiendo los puntos en pequeñas líneas, cordones o guiones que a veces toman direcciones o formas arqueadas u onduladas bajo el impulso de sus propios sentimientos.

Para dominar esta nueva técnica, se dice que recogía los hilos de desecho de las modistas para comprobar el efecto de las mezclas de colores.

 

EPILOGO

 París acaba finalmente agotándole. Se le presentaron preocupaciones de tipo familiar (próxima boda de su hermano) y de tipo social (relaciones con pintores egoístas y envidiosos, largas discusiones sobre arte, abuso de la bebida) por lo que sentía necesidad de cambiar de aires y buscar un lugar más tranquilo donde poder pintar en plena naturaleza todo el año. A su hermana Wil escribiría: " Tengo la intención, un día u otro, en cuanto pueda, de irme al sur, donde hay todavía más color y más sol...".

Su periodo de formación ha terminado, domina colores, tonos y técnica, tan solo necesita quedarse solo consigo mismo y con la naturaleza, su fuente de inspiración, y, aconsejado por Toulouse Lautrec, parte hacia Arlés en Febrero de 1888.

José Navarro

Utrera (Sevilla) España, Febrero 1999


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